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martes, 26 de marzo de 2013

più nessuno mi portera nel sud



ya nadie me llevará al sur



…o el análisis de unos versos, por Manuel Vázquez Montalbán. Que bueno fue lo de este hombre. Con solo unos versos vistió un simple caso de detective en una trama humana. En su libro Los mares del sur, un cadáver apareció acompañado de lo siguiente:

I read, much of the night, and go south in the winter.


Ma quando gli dico
ch'egli é ira i fortunati che han visto l'aurora
sulle isole pipù belle terra
al ricordo sorride e risponde che il sole
si levaba che ilgiorno era vecchio per loro.


più nessuno mi portera nel sud


Sin llegar a reventar ningún misterio a la obra, recojo solo algo de esos espacios sin disparos que el personaje Pepe Carvalho frecuenta, y que están en relación con esas palabras:

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“-Los primeros versos no tienen problema. Pertenecen al primer poema de The waste land, de Eliot. I will show you fear in a handful of dust. Es el verso que más me gusta de todo el poema: Te enseñaré la angustia en un puñado de ceniza. Pero no viene a cuento, veamos lo del sur. No quisiera ponerme pesado, pero el mito del sur como símbolo del calor y de la luz, de la vida, del renacer del tiempo, aparece continuamente en literatura, sobre todo desde que los americanos descubrieron lo barato que les resultaba veranear con dólares.

-El segundo fragmento también está chupado. Pertenece a Los mares del Sur, el primer poema publicado por Pavese, un poeta italiano muy influido por la literatura americana.
Nunca estuvo en los mares del Sur y seguro que ese poema lo escribió bajo la influencia de las lecturas de Melville. ¿Has leído a Melville? No pongas esa cara de incendiario. Leer es un vicio solitario e inocente. Pavese, en el poema, habla de la fascinación que ejerce sobre un adolescente el recuerdo de un pariente marino que ha recorrido medio mundo. Cuando el pariente vuelve, el muchacho le interroga sobre sus viajes por los mares del Sur y él contesta desencantadamente. Para el muchacho los mares del Sur son el paraíso; para el marino, un
paisaje marcado por el trabajo cotidiano y rutinario. Estos poetas son la leche. Son como las mujeres: te hacen trempar y luego te dejan in albis.

-En cuanto al tercer fragmento, es difícil saber de dónde lo ha sacado. Es un endecasílabo perfecto y puede pertenecer a cualquier poeta italiano desde el siglo xvl, pero la añoranza del sur es moderna. O bien se trata de un poeta meridional y al hablar del sur habla del Sur, es decir de Sicilia o de Nápoles. Più nessuno mi porterà nel sud. Y algo me dice que lo sé. En cualquier caso, los tres fragmentos marcan todo un ciclo de desencanto: la esperanza intelectualizada de leer hasta entrada la noche y en invierno ir hacia el sur, burlando el frío y la muerte. El temor de que tal vez ese sur mítico sea otra propuesta de rutina y desencanto. Y finalmente la desilusión total... Ya nadie me llevará al sur...

-Pero reúne los tres fragmentos cuando sí va al sur. Cuando tiene hasta los billetes comprados y los hoteles apalabrados.

-¿A qué sur? Tal vez había descubierto que aunque fuera al sur nunca llegaría al sur. Aunque sepa los caminos, nunca llegaré a Córdoba, escribe García Lorca. ¿Comprendes? A los poetas les gusta joderse y jodernos. ¿Has oído, Enric? El mariconazo sabe los caminos y no va a Córdoba. Son la leche. Como el otro paisano, el Alberti. Dice que nunca entrará en Granada. Ha castigado a la ciudad…”

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Me pregunto si M. V. Montalbán conoció al poeta Nikos Kavvadías. Ahora y tras leer su libro Los mares del sur me fue fácil unir los versos de uno y otro. Especialmente los del poema La Cruz Del Sur…

Se levantaban las olas del garbí
Estábamos los dos inclinados sobre el mapa
te volviste y me dijiste que en marzo
en otros paralelos habrás entrado.

Tatuaje chino en tu pecho
que por más que lo quemes no dice de borrarse
Dijeron que la habías amado
en una crisis de fiebre negra.

De guardia, junto a un cabo pelado
y con la Cruz Del Sur entre los cabos*,
kombolói de coral sostienes
y grano de café amargo mascas.

A la Alfa Centauro bajé
una noche con el sextante. 
Me dijiste con voz de moribundo:
“Teme a los astros del sur”.

Otras veces bajo el mismo cielo 
tomabas tres meses seguidos 
con la mulata del capitán 
curso de navegación nocturna.


En una tienda de Nossi Bé
compraste la navaja, dos chelines.
Pleno mediodía, a la altura de la linea*
brilló como destello de faro. 

Abajo en las costas de África
hace años ya que duermes. 
Los faros ya no recuerdas
ni el rico dulce de los domingos.



Garbí: viento de suroeste, también llamado Lebeche. A veces acompañado de calima
Cruz del Sur: pequeña y simbólica constelación del hemisferio sur
Cabos*: probablemente se refiera a los cabos del botalón de foque (palo redondo que se saca hacia la parte exterior de la embarcación y sirve para alargar la vela llamada foque)
Nossi Be: puerto de Madagascar
Linea*: así llamaban algunos marinos al paralelo del ecuador